
MADERA Y PAPEL
Andrea Casal
Alba Turienzo
Almudena Cubero
FABRICACIÓN
El papel se fabrica a partir de la celulosa contenida en la madera, desechos de materia vegetal (algodón, caña de azúcar, paja, etc.), productos textiles (telas y prendas de vestir usadas) o papel y cartón reciclados. En el proceso de fabricación es necesario emplear reactivos como la sosa cáustica, ácidos y compuestos azufrados, todos ellos muy contaminantes. La solución más efectiva es el reciclado y una utilización óptima del papel.
A continuación, observaremos y hablaremos sobre las distintas etapas que este proceso conlleva.
REFINADO
El papel puede sufrir dos tipos de refinamiento:
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El graso deja las fibras muy hidratadas dotando al papel de resistencia, rigidez y cierta transparencia, pero le quita flexibilidad y lo hace quebradizo, con dificultad para el plegado (papeles vegetales, de fumar, pergaminos).
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El magro deja las fibras enteras o truncadas, lo que le da al papel flexibilidad, facilidad para el plegado, grosor, blandura y opacidad (son por ejemplo los papeles absorbentes, de impresión, offset, etc.).
En esta etapa, se le añade cola al papel, para evitar que sobre el papel se corra la tinta al imprimir o escribir. De este proceso depende el grado de permeabilidad.
Se puede realizar en dos momentos:
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En masa se realiza en el transcurso de la fabricación, en el momento en el que se preparan las masas (las pasta).
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En superficie cuando el papel está casi seco, en el tercio de la sequería.
El encolado consiste en la adición de productos hidrófobos como colas de resina, gelatina, colas reforzadas y productos fijantes como sulfato de aluminio.
La blancura disminuye ya que las sustancias que se emolean son menos blancas que la celulosa. La opacidad también disminuye (en general el encolado disminuye las características físicas de los papeles como pliegues, alargamiento, estallido, etc.).
Son productos en polvo que contribuyen a darle cuerpo al papel, y a conseguir otras características como disminuir el brillo, aumentar la resistencia mecánica, etc.
Las cargas más utilizadas son minerales como carbonato de calcio, caolín, mica, talco, sílice, yeso, sulfato de bario o sustancias orgánicas como fécula de patata, almidón, etc.
Gracias a los productos de carga, se rellenan todos los vacíos existentes entre las fibras, con lo cual el papel adquiere una superficie uniforme, se ablanda, reducen su transparencia y mejoran las condiciones para la impresión.
La blancura del papel, su brillo u opacidad, dependen de la clase de producto de carga. El grano más fino produce mayores opacidades y una blancura más elevada.
Al igual que las cargas, rellenan los huecos del papel dando más opacidad y blancura. Se diferencian de éstas por el modo en que se aplican y porque las partículas son más pequeñas. Los pigmentos se aplican en superficie y las cargas en masa.
Se le añaden a la pasta sustancias colorantes de naturaleza mineral u orgánica. Los colores obtenidos de sustancias minerales son más resistentes a la luz que los derivados orgánicos.
Se puede añadir el color en masa (en las mezcladoras) o en algunos tipos de papel se efectúa cuando se forma la hoja en la máquina continua.
El agente de blanqueo óptico se utiliza para dar un efecto visual de mayor blancura al papel. Es el responsable de que se vea ese brillo azulado cuando el papel está bajo una luz ultravioleta.
Debido al carácter orgánico de las fibras y el carácter inórganico de algunos aditivos (cargas, pigmentos...) se necesitan los ligantes para poder unirlos entre sí. Éstos crean unos «puentes» que unen los aditivos entre sí y después los unen a la fibra. Los más utilizados son:
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Almidón
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Látex
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Alcohol polivinílico.